lunes, 19 de mayo de 2014

Bodas de sangre


La obra Bodas de sangre fue escrita por Federico García Lorca en 1931, estrenada en 1933.

 

Argumento: La obra comienza con la preocupación de la Madre del Novio de perder al único hijo que le queda y quedarse sola. Desde el comienzo de la obra insiste en la cuestión del cuchillo, la navaja y otro tipo de armas similares que han acabado con la vida de su marido y otro hijo, anticipando así el final de la obra. El Novio desea que su Madre pida la mano de su novia, que había tenido una relación con Leonardo (pertenecía a la familia de los Félix, odiados por la Madre por ser los autores de las muertes que marcaron su vida), que acabó casándose con una prima de ella. El Novio y la Novia quedaron prometidos y, de esta manera, la Madre mantiene la esperanza de tener nietas que borden con ella en la casa, lejos de los peligros a los que pueden estar dispuestos los hombres, y el Padre de la Novia parece encontrar en la boda la solución a su gran problema: tener nietos que trabajen sus tierras. Se celebra entonces la boda, pero Leonardo hace muchas apariciones en las que quiere hablar con la Novia. Esta última pretextando ir a descansar un poco se escapa con Leonardo para hacer realidad su sueño de estar juntos. Los invitados, enterados de la noticia, forman dos bandos para ir a buscarlos al bosque. Al final el Novio los encuentra y empieza una lucha entre Leonardo y el novio, ambos mueren.

 

En esta entrada, analizaremos la presencia y significación del caballo, el agua, la luna y el cuchillo. Son elementos muy presentes en esta obra pero también en las otras obras de Federico García Lorca.



En Bodas de sangre, el caballo remite al sexo, a la virilidad y la fuerza. En efecto el caballo, a lo largo de la obra es el medio de transporte de Leonardo, personaje que crea la problemática de la obra, el amor para la Novia y el rapto. Es un personaje que se define con su caballo, el uno no puede estar sin el otro, forma parte de él.        El caballo está claramente asociado a él. Cada vez que está presente en una escena, se habla de su caballo: “¿sentiste anoche un caballo? […] era Leonardo.” “yo vine a caballo”, “es que no le encuentro y el caballo no está tampoco en el establo”. Es también un símbolo de pasión erótica, se impone esta imagen de libido fuera de control: “pero montaba a caballo y el caballo iba a tu puerta”. Además es gracias al caballo que pidieron huir la Novia y Leonardo: “¡han huido! Ella y Leonardo. En el caballo. Van abrazados, como una exhalación”.

Simboliza también la fuerza: “se espantaban de los caballos”.

Para terminar, el caballo puede ser un presagio de muerte. En la canción para el niño, el caballo aparece en numerosas ocasiones a modo de presagio: “del caballo grande que no quiso el agua. El agua era negra dentro de las ramas”, “el caballo se pone a llorar, las patas heridas, las crines heladas dentro de los ojos un puñal de plata”.

 

Montagne Ruisseau Tyrol Paysage John Singer Sargent
 
En lo que concierne en agua, representa el fluir de la vida. Es símbolo de purificación, el agua pura y limpia es fresca.  La madre dice: “al agua se tiren las honradas, las limpias; ¡esa no!”.

Por lo contrario, el agua negra es mal presagio, representa  el agua envenenada: "El caballo grande que no quiso el agua [...] El agua era negra...". El agua representa también la sangre que corre: “por eso es tan terrible  ver la sangre de una derramada por el suelo. Una fuente que corre un minuto y a nosotros nos ha costado años”, “¡No abras el chorro de la sangre!”.

 


 
En cuanto a la navaja, viene a ser casi un protagonista en esta obra. Lo podemos ver con la obsesión de la madre por las navajas. Cada vez que la madre está en una escena, habla de las navaja: “ la navaja, la navaja… Malditas sean todas y el bribón que las inventó […] y las escopetas, y las pistolas, y el cuchillo más pequeño, y hasta las azadas y los bieldos de la era”.

Tanto en el mundo real como en la obra, la navaja es usada como un arma de guerra. El padre y hermano del novio  murieron a causa de una y así también mueren los otros dos hombres al final. La navaja, que está muy presente  desde el principio hasta el final, simboliza la muerte.

 


Terminamos con la luna que representa la divinidad del firmamento, que exige sacrificios. No es la muerte misma (representada por la Mendiga), sino su mensajera. Representa el acoso de la existencia, la destrucción y rige nacimiento y muerte. La luna no sólo está asociada con la muerte, sino que se vincula directamente con la violencia y el correr de sangre que ésta implica. La luna con su claridad va a dar lugar al encuentro fatal: "Cuando salga la luna los verán",  " ¡Ay luna que sales!", " ¡Ay luna mala!".

La luna canta furiosa y quiere sangre por la  noche, no esta bien y anuncia la muerte segura para aliviar su dolor : " ¡dejadme entrar! ¡vengo helada por paredes y cristales! ¡tengo frío! […] pues esta noche tendrán mis mejillas roja sangre[…] ¡Que no puedan escaparse! ¡que quiero entrar en un pecho para poder calentarme! ¡ un corazón para mi!”.  

 

 
Para concluir, podemos decir que el simbolismo es definitivamente un recurso muy rico e importante y hace sentir el nexo entre el personaje y lo que representa. Las imágenes que nos dan los símbolos nos ayudan a entender más rápido las personalidades.

1 comentario:

  1. Guau me he quedado sorprendida con las reflexiones o los simbolos que se da a cada cosa, como la luna, parece alguien que busca la tranquilidad pero las apariencias engañan.
    Me han servido mucho para entender el libro.Gracias

    ResponderEliminar